Como sé que mi repercusión es menor que el eco mediático de Pocholo en estos dias , cuento esto con mayor relajo y tranquilidad. Desde los discursos supuestamente de izquierdas parece conveniente decir que estamos en crisis, que la sociedad está en crisis, es lo políticamente correcto, si no lo dices blasfemas, y lo haces de manera impropia de la gente decente. Pero es que cuando observamos lo que nos rodea no dejan de chirriar cosas.

Atención, ejercicio de comprensión, paseo hoy (7 de enero) por las calles del centro de Sevilla, una gran ciudad cualquiera. Ante mis ojos el espectáculo de tiendas como Mango, o Zara o cualquiera de esos pequeños templos del consumo. Por cierto, bueno es recordar el origen de la mano de obra con la que se hacen estos bienes, que no es otro que el de la esclavitud. Al fin y al cabo los chinos o los vietnamitas son sólo eso, «amarillos» que dirían en las pelis de guerra de los 60, al fin y al cabo un niño que trabaje 14 horas es menos niño si no es europeo o un adulto sin derechos laborales o sin vacaciones lo es menos si no se llama Martínez de apellido primero, ¿verdad? Qué mas da, esos sí que no tienen estado del bienestar, pero que importa, esos sí que no necesitan la protección de nuestras «fuerzas sindicales»; que dicho sea de paso para lo que sirven, mejor……..Bueno pues sigamos, como le suelo decir a mi niña de 13 años, una sociedad en crisis, como pasaba en la Rusia de hace algunas décadas, o en la Argentina en el tiempo del corralito, es aquella en la que sus ciudadanos hacen cola para comprar o le den alimentos y productos necesarios como carne o leche o pan o jabón. Aquí el origen de las colas no es este, las colas son para ropa y ropa y luego ropa y ropa y mas tarde ropa y ropa, y roooooooopa. Pero no ropa para vestirnos de manera necesaria, ropa para aparentar para ser sin ser, para parecer, complicidad necesaria para acabar secuestrados en la imnomia de la alienación necesaria del consumo, mejor consumidores que hombres libres, más fáciles de manipular en suma.

Y surgen mas de una pregunta, estamos en crisis, se supone que en el primer día de la cuesta de enero, y a pesar de ello tiendas llenas a rebosar, restaurantes sin sitio, dinero a raudales, o si no cómo es posible este circo con pan.

Y al mismo tiempo encontramos noticias tan espeluznantes como la de que muchos ancianos tienen que comer en comedores de beneficiencia para poder hacer frente a las hipotecas de sus hijos, la de las casas donde viven sus nietos.

Alguien nos miente, pero no es el Mercado, no son los partidos políticos, ni los sindicatos, ni nos mienten en la escuela o la iglesia, nos mentimos nosotros, y para cuando nos enteremos será un poco tarde, ¿no creen?

         Paco Carrascal

 

Por CamasDigital

DIARIO PROGRESISTA DE CAMAS (SEVILLA)

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