Los fascistas sorprendieron a los trabajadores en una emboscada cerca del barrio camero de La Pañoleta. La mayoría de los mineros acabaron siendo fusilados en diferentes puntos de Sevilla. Ayer se dieron cita políticos, sindicalistas y ciudadanos para honrar a los que dieron su vida por la libertad.
Texto: J.M. Romero/ Fotografía: Paco Sánchez
Desde hace más de setenta años, el pueblo de Camas y el de Nerva están unidos por el dolor debido al trágico acontecimiento ocurrido el 19 de julio de 1936 cerca del barrio camero de La Pañoleta donde asesinaron a la columna minera proveniente de este pueblo onubense a manos de los golpistas. Los trabajadores se dirigían a Sevilla con el propósito de unirse a un grupo de republicanos que aún se oponían a claudicar ante el levantamiento militar. Sin embargo, al llegar al municipio de Camas, los hombres del comandante de la Guardia Civil, Gregorio Haro Lumbreras, les estaban esperando agazapados entre los matorrales. Al instante, abrieron fuego contra los mineros que sorprendidos no tuvieron tiempo de reaccionar. El encuentro se saldó con varios asesinados y el fusilamiento del resto varios días después. Sólo se salvó un joven de dieciséis años, el cual recibió la única muestra de humanidad entre tanta barbarie.
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