Entrevista.-

J.M. Romero  Camas Sevilla

 

Después de catorce años en el ‘campo de batalla’ donde ha tenido que soportar todo tipo de embestidas, el líder de IU y símbolo de este partido desde 1997 ha decidido que es el momento de dejarle paso a los nuevos militantes y mantener un papel secundario en la política de Camas. Su testimonio representa el de una persona que ha tenido que madurar muy deprisa, cansada políticamente e ilusionada con esta nueva etapa de su vida. Alejándose de lo políticamente correcto dispara con bala, tal y como hacen aquellos que han tenido que hacerse fuertes ante las adversidades y la presión mediática.

José Manuel Romero: ¿Por qué ha tomado la decisión de dejar el cargo de Coordinador de IU?
Agustín Pavón: La decisión la he tomado por dos tipos de razones: la personal, porque ya he acumulado un desgaste al frente de la organización. Fui nombrado Coordinador en 1997 y como he tenido siempre una implicación muy activa, he limitado una parte importante de mi vida. Así que como todavía tengo algo de juventud, creo que puedo recuperar el tiempo en algunos aspectos personales, es el momento de hacer ese descanso y comenzar otras cosas. La otra razón es la política, veo necesario un cambio, no sólo de métodos, sino también de personas. De la misma manera, el “Caso Camas” me tiene excesivamente condicionado, porque considero que soy político, pero un político mutilado ya que no puedo ejercer como me gustaría tanto en lo orgánico como en lo público. Yo renuncié a tener un cargo público mientras tuviera una imputación judicial y entonces es una limitación tan importante que igualmente te cansa mucho. Por lo tanto, decidí que hasta que no lo resolviera no volvería a ocupar ninguna parcela de lo público. En definitiva, uniendo ambas razones he decidido abrir una nueva etapa.

JMR: Después de estar tantos años en esta organización, ¿qué supone emocionalmente tomar esta decisión?
AP: Tiene un claro impacto emocional, ya que uno ha conocido a muchas personas durante estos años. En mi caso, he madurado como persona en esta organización. Te acostumbras a vivir de una determinada manera y todo lo ves desde la perspectiva de tu militancia política y te condiciona en todos los aspectos de tu vida. Y a partir de ahora tendré que aprender a ver la vida desde un punto de vista diferente. Estar alejado de la política, me permitirá observar los diferentes asuntos con mayor objetividad. Como digo, supone un gran impacto emocional y sentimental, ya que al mirar hacia atrás veo a muchos compañeros/as que ya no están en la organización, otros que fallecieron, otros que se retiraron y como todos los recuerdos los tengo en el partido pues eso marca mucho. Aunque yo tengo una ventaja, porque a pesar de tomar la decisión ahora, creo que empecé a irme desde el momento que renuncié a presentarme por alcalde. Fue un punto de inflexión en mi trayectoria política, así que como empecé a irme hace cuatro años, ahora no me ha cogido de sopetón ni a mí ni a la organización. También he querido desdramatizar la situación, huyendo de toda carga sentimental en mi marcha y en mi discurso, dejándola en segundo plano y dándole más importancia a las políticas que deben primar en IU en estos tiempos. Pero sinceramente, yo lo siento mucho…para qué nos vamos a engañar.

JMR: A partir de ahora, ¿qué tipo de relación va a tener con IU?
AG: Por el momento he tomado la decisión de abandonar la secretaría política del Partido Comunista, pero aún me queda renunciar al cargo de Coordinador de IU, lo haré después de Feria. Es prematuro saber cual va a ser mi relación con la organización, pero lo que es seguro es que le voy a pedir a Montse Fernández que asuma con fuerza las tareas que le han tocado como dirigente política en esta etapa. Voy a intentar desvincularme al máximo, porque este es un año que va a ser fundamental en lo judicial por el “Caso Camas”, y me quiero centrar en mi defensa y afrontar el proceso judicial con la máxima garantía. He pedido no tener responsabilidades ejecutivas en el comité local, es decir, estaré como simple vocal. Y de igual forma, no quiero estar en la dirección de IU, que se conformará tras mi renuncia. Sí estoy en la del Partido Comunista, aunque sin responsabilidades.

JMR: ¿Esta renuncia se podría deber a que no quieres que el juicio sobre el “Caso Camas” afecte al partido?
AP: No, ya lo había planteado en otras ocasiones, cuando algunas decisiones judiciales y la presión mediática casi me vencían. En esos momentos de desesperación le planteaba al partido la posibilidad de irme, pero tanto desde Sevilla como Camas me decían que no. De todas formas, cuando se celebre el juicio me van a seguir relacionando con IU, aunque ya no forme parte del partido, se referirán a mi como ex alcalde de Camas y como ex Coordinador de IU, pero aparecerán las siglas de la organización de una manera u otra. Esa relación es muy difícil de romper.

JMR: Después del Congreso Extraordinario del PCA y tras observar la nueva propuesta de dirección del partido, ¿se podría considerar los cambios realizados como una renovación?
AP: Si se tiene en cuenta que es un órgano que lo conforman diecisiete personas, donde hay más mujeres que hombres y más de nueve ocupan por primera vez la dirección de una organización política, sí puede considerarse una renovación importante. También aparecen otros miembros que hacía muchos años que no estaban. Pero lo más importante es Montse que tiene que encarnar la renovación en lo orgánico, asumiendo la secretaría política. A pesar de todo, quizás no sea el grado de renovación que yo hubiera deseado, puesto que, al igual que en todas las organizaciones políticas, falta juventud. Este problema afecta principalmente al ámbito local, porque a nivel provincial, regional y nacional hay una participación de la juventud mucho mayor. Pero, por el momento, los diferentes partidos no hemos encontrado la forma de enganchar a la gente joven en la militancia política, independientemente de la ideología que sea. Personalmente, me hubiera gustado una mayor presencia de gente joven, pero bueno, los que asumen la dirección lo harán con mucha valentía y con muchas ganas. Estoy convencido de que lo harán bien.

JMR: ¿Qué debería cambiar en estos cuatro años Izquierda Unida para mejorar los resultados de las elecciones pasadas?
AG: Se debe asumir, de una vez por todas, un planteamiento para liquidar las crisis políticas internas, porque una organización dividida no es atractiva desde el punto de vista electoral. Las organizaciones divididas donde las confrontaciones internas se trasladan a lo social no obtienen nunca un buen resultado. Por lo tanto, los que ahora componen esta dirección tienen que asumir y hacer todo lo posible para que no se produzcan más crisis en los próximos años. Tendrán que dar una imagen que se corresponda con una organización unida, cohesionada, donde exista el debate y la diversidad ideológica, pero siempre seguir una misma línea con respecto a las grandes decisiones. Una vez que finaliza la Asamblea y se toman los acuerdos de manera democrática, todo el mundo está obligado a cumplirlos, es decir, el debate y la confrontación de ideas es previa a la deliberación de los asuntos, después hay que estar cohesionados. En cuanto al punto de vista externo, IU tiene que consolidar su imagen de fuerza realmente alternativa a lo que hay ahora. Si queremos gobernar tendremos que ofrecer algo diferente al resto. Para conformar esa imagen hay que crear un programa diferente al que actualmente tiene el partido socialista, y unir esas propuestas a la participación ciudadana. Hoy en día, una organización que se niega a trabajar codo con codo con la ciudadanía, está condenado al fracaso. En resumen, IU tiene que unir la defensa de un discurso alternativo de grandes propuestas políticas diferentes, ya que esta fuerza política siempre se ha caracterizado por una forma distinta de hacer política, mucha implicación con los ciudadanos y el trabajo constante.

JMR: ¿Quién le gustaría que le sucediera en el cargo de Coordinador?
AP: En estos momentos, sin lugar a dudas Montse Fernández. Estoy encantado de que lo haga en la Secretaría política, porque es la propuesta que yo voy a defender, y que yo concibo como la persona que más consenso concita en la organización. Debe ser la persona que lidere esta nueva etapa. Durante la campaña fue todo muy precipitado y apenas dio tiempo a hacer política, llevaba poco de militancia y conocía poco la organización. Pero ahora hay tiempo por delante y tendrá que trabajar muy duro para romper esa tendencia existente de los grandes núcleos urbanos, y Camas va camino de serlo, de dividir el voto entorno al bipartidismo.

JMR: ¿Qué les diría a todas aquellas personas que manifiestan continuamente que Agustín Pavón está detrás de las decisiones que se toman en IU?
AP: A estas alturas que uno tiene el pecho de hierro, las espaldas muy anchas, y acostumbrado como estoy a tener pocas etapas de tranquilidad, asumo con deportividad esa costumbre. Pero también se debe a que el PSOE, cuando yo gobernaba, hizo una campaña muy dura e intensa de ‘demonización’ contra mi persona instrumentalizando muy bien el “Caso Camas” y también la crisis de Juan Pazos. Esa crisis me afectó personalmente y políticamente de manera muy negativa, cuando estábamos sobrados de razones para romper con Juan Pazos. Él fue precisamente el que quiso romper con IU por razones absurdas. Yo en ningún momento intenté restarle autonomía, ni tampoco intenté, lo digo con la máxima sinceridad, interferir en las decisiones que él adoptaba día a día. Pero claro, ya existía esa imagen que detrás de todo estaba yo, y por lo tanto, se agarró a eso como a un clavo ardiendo. Esa imagen de víctima, al venir de nuevo, y yo ya venía de varias batallas, le terminó favoreciendo. Pero eso es algo irreal, esa idea que se tiene de mí, la achaco a la campaña del PSOE antes, durante y después del “Caso Camas”, que posteriormente volvió a aparecer con Juan Pazos, vendiendo que yo era el alcalde en las sombras y Pazos sería una marioneta. Fue un discurso que tuvo tal éxito, que caló hasta en el propio Juan Pazos. Se acordó un gobierno conjunto, no sé si fue lo mejor, pero es lo que se decidió en la Asamblea. Este sería un alcalde de transición hasta que se resolviera mi caso, que, en un principio, se preveía que iba a ser breve. Las grandes decisiones debían ser consensuadas entre él y yo, pero yo participé muy poco, y en las pocas que participaba lo tomaba como una actitud hostil. Yo sufrí las represalias y el aislamiento, él fue el que se alejó de esta organización. De todos modos, los que me conocen realmente saben que no intento influir en las decisiones cuando estoy en segundo plano y desde ahora mucho menos que voy a apostar por otros asuntos personales de mi vida.

JMR: Estamos acostumbrados a que esto ocurra en política, ¿no?
AP: Claro, porque estos discursos siempre han estado presentes cuando una persona lleva muchos años y empieza una etapa como dirigente local. Durante estas elecciones también se decía que Montse Fernández actuaba según mi criterio. Pero es algo habitual en política, al PSOE le pasa lo mismo, se dice que Rivas está detrás de todas las decisiones de Recio o que Chávez hace lo mismo con Griñán; digamos que este roce suele aparecer, políticamente hablando, entre el padre y el hijo.

JMR: Sobre las pasadas elecciones, ¿de qué manera han afectado a las agrupaciones locales los diferentes casos con la justicia?
AP: Particularmente pienso que todos los casos han influido muy poco. Influyó poco el caso Camas en el 2007, cuando yo hice campaña y se presentó Juan Pazos, era un asunto muy mediatizado y subimos de ocho a nueve concejales. Y ahora con el caso de los ERE ha pasado lo mismo. Aunque no son casos idénticos, unos son más graves que otros, es decir, en el caso Camas se indica que hubo un presunto intento de cohecho, pero nunca un enriquecimiento ilícito, que ya ha quedado demostrado por informes periciales de la policía local, de la guardia civil y por la propia instrucción judicial. Sin embargo, en el caso de los ERE se juzga un fraude público muy grave, un atentado contra las arcas públicas y un enriquecimiento ilícito de algunos cargos del PSOE. A pesar de todo ello, es importante resaltar que desgraciadamente los casos de corrupción en este país afectan poco en los resultados electorales, algo que es preocupante. Esta situación denota que el ciudadano sólo valora al político por su gestión y se olvida de la honestidad, la transparencia y la democracia. El ejemplo más claro es el de la Comunidad valenciana, donde Francisco Camps volvió a ser reelegido. En resumen, el “Caso Camas” no se castigó porque la gente conocía lo que había detrás, mientras que con los ERE, Rafael Recio supo gestionar bien la crisis y, de igual forma, el resto de formaciones locales no atacaron en campaña con este asunto.

JMR: ¿Qué ha cambiado en Agustín Pavón desde que comenzó en política hasta ahora?
AP: Yo creo que todo, uno madura en menos tiempo y envejece más. No obstante, la política local me ha servido para identificarme más con mi pueblo y conocer más cosas de Camas. He notado la presión de la opinión pública, es difícil vivir con esa losa permanente que, sobre todo, soporta el alcalde, pero que en mi caso me ha perseguido constantemente. Por eso el sentirme vigilado, me impide estar poco relajado en mi pueblo. De la misma manera, la alta implicación política que he ejercido durante mucho tiempo, supone un mayor tiempo de reflexión, de análisis crítico, de mayores objetivos y de autocrítica. Pero, por otro lado, me ha decepcionado bastante que la política local funcione a veces en base a muchos egoísmos. He conocido a muchas personas que apostaron por IU y que se acercaron a mí por intereses particulares en detrimento del interés colectivo. Eso me lleva a la conclusión de que la sociedad sigue teniendo un componente de egoísmo muy alto, hay un excesivo individualismo. Ahora miro hacia atrás e intento quedarme con lo positivo, pero me pesa mucho lo negativo.

JMR: ¿Tu mejor y peor momento en política?
AP: El mejor momento fue cuando tomé posesión en el 2003, pero justo ese momento, o sea, cuando el secretario anuncia públicamente el resultado y que la alcaldía caía en mí y en esta fuerza política y estallaba todo ese júbilo en el salón de Plenos. Fue un momento muy emotivo e inolvidable, fue como un sueño. Otro momento importante fue cuando superamos la moción de censura impuesta por el PSOE y el apoyo recibido por el público. Igualmente, el día que nombramos hijos predilectos a Curro Romero y a Paco Camino fue para mí muy emotivo. Pero ahora que lo dejó, me quedo con el momento en que fui nombrado Coordinador en 1997.
Los malos, en realidad, ha habido tantos…pero me quedo con uno. La semana que viene hace seis años, el 14 septiembre del 2005 lo primero que se me anuncia son las primeras detenciones del “Caso Camas”, ahí se me viene el mundo abajo. Es mi peor momento político y uno de los peores en el terreno personal. El jueves 15 de septiembre de ese año estuve en las dependencias policiales, no fui detenido, aunque sí estuve en calidad de detenido hasta que terminase el interrogatorio. Estando allí, mi abogado me explicó que podría quedarme esa noche en el calabozo. Ahí pasé mucho miedo y, sin duda, ese ha sido el peor momento.

JMR: ¿Qué esperas del futuro?
AP: Espero tener más tranquilidad, recomponer aspectos de mi vida profesional que tuve que abandonar por la política, me gustaría matricularme en alguna licenciatura que me entusiasma, tengo ofertas de trabajo que no me gustan mucho pero se pueden probar y cabe la posibilidad de opositar. En definitiva, disfrutar un poco más, que soy un viejo prematuro. En lo político, espero estar tranquilo convencido de que los que se quedan van a hacer las cosas bien y garantizar dedicación, empeño y ganas. Con esta fuerza política tengo cierto instinto paternalista, parece que el hijo se independiza del padre. Pero como pasa en esos casos, el padre se seguirá preocupando por el hijo.

 

GALERÍA FOTOGRÁFICA  (FOTOTECA DEL PARTIDO COMUNISTA DE CAMAS)

Agustin Pavón recibiendo el carnet del Partido Comunista en la antigua sede de Camas

 

Agustín Pavón y Lorenzo Rastrejo ese mismo día.

 

Por CamasDigital

DIARIO PROGRESISTA DE CAMAS (SEVILLA)

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