Poco público en la sesión nocturna del I Festival de cortos de Camas para la calidad tanto de cortometrajes que se exhibieron como para el homenaje bien merecido del actor camero Juan Motilla Brito, apenas veinte personas, aunque durante las sesiones aumentó el número de asistentes.

La productora «Maya» organizadora del evento no escatimó en medios para que este primer certamen se continúe en tiempo y que sea un certamen referente para los muchos directores, actores, guionistas que se dedican a este género y que todos los grandes directores lo usaron y potenciaron para el lanzamiento de sus carreras, casos como Amenabar o los muchos directores surgidos en las últimas generaciones.

Juan Motilla Brito, el homenajeado con esa cara de «buanachón» que tiene y que a veces transforma cuando interpreta en todo lo contrario, nació en 1957 y pasó toda su infancia y juventud en Camas, agradeció el reconocimiento «a pesar de que aun soy joven para este tipo de homenajes» ironizó en una breve intervención donde elogió la labor de todos los que que hacen este tipo de cortometrajes, donde lo que menos abunda es el dinero y no por ello la calidad de la dirección, de la interpretación o el mensaje como pudimos apreciar en los cinco cortos que tuvo esta sesión.

El primero de ellos «Panchito» de Arantha Exeberría que cuenta la historia de un inmigrante repartidor de paquetería en Madrid y que por causas de su pobreza se queda sin instrumento de trabajo, que no es otra cosa que una moto, y para que no lo despidan decide hacer el reparto como bien puede.

El siguiente «Fuera de lugar» de Rosario Fontenebro, con una dirección espectacular, un reparto e interpetración excepcional, para mi el mas trabajado y artístico de todos ellos, trata sobre «El alzeimer» y como el enfermo que lo padece confunde el pasado cono el presente, con un mensaje positivista hace que el espectador se meta en el propio mundo de aquel que lo padece y no lo desvela hasta final de la película.

El tercero «El corazón de Anita», con una fotografía espectacular cuenta como el dinero es capaz de «pervertir la mente humana» aun a pesar de que conlleve la muerte de otra y como lava su conciencia aquel que lo hace dándole una propina de quien ha sido su propia víctima, el corto de Josue Ramos nos hace sentir la maldad que podemos esconder el ser humano cuando se trata de dinero aun a pesar de que no nos pertenece y aun a sabiendas de que ese dinero era destinado para salvar una vida.

El cuarto, es un documental sobre el pueblo Yakuto, en el estado siberiano de la Federación Rusa y cuenta como en condiciones extremas cuyos inviernos llegan a -50 grados, viven este pueblo en las ciudades y que a pesar de todo como sus habitantes aman su tierra y adaptan su vida a las condiciones climatológicas en la cual nacieron, desde mercadillos hasta parques infantiles con toboganes de hielo tanto los adultos como los mas pequeños hacen una vida normal en unas condiciones que otros como nosotros serían imposible soportar.

El último en esta sesión de tarde, se proyecto el opositor… que trata sobre la dedicación y la competitividad a la hora de hacer oposiciones para conseguir un puesto en una administración, un corto muy elaborado, aunque con guión exagerado en cuanto a la realidad, si consigue llegar al espectador del mensaje de competitividad deshumanizado que conlleva el sistema de oposiciones a un puesto de la administración.

En este video resumen esta de todo lo que aconteció ayer así como pequeñas escenas de los cortometrajes emitidos y un consejo no os perdáis los de esta tarde, merece la pena ir a verlos y encima «gratis», potenciemos entre todos las cultura con nuestra presencia.

Por CamasDigital

DIARIO PROGRESISTA DE CAMAS (SEVILLA)

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