J.M. Romero
Los nuevos edificios de Viviendas de Protección Oficial (VPO) que se están construyendo frente a la rotonda del Bronce Carriazo, delante del barrio de la Extremeña, han provocado más de un desencuentro entre los vecinos de este barrio y el Ayuntamiento. Los propietarios de la primera línea de casas son los que más se están quejando debido a las grietas que han aparecido en sus viviendas desde que se iniciaron las obras, según ellos, por que “se está construyendo en un terreno no urbanizable y sin reforzar el muro de contención”. De la misma manera, sostienen que tanto el Alcalde de Camas, Rafael Recio, como el Delegado de Urbanismo, Eduardo Rodríguez, “no se han preocupado por el estado de sus viviendas”, y que tras uno de los corrimientos de tierra producidos a principios de año, Rodríguez, junto a varios miembros de la Policía local, les pidió que “por seguridad abandonaran sus hogares”. Afirman, también, que el informe de los peritos les es favorable y muestran su incertidumbre manifestando que “tienen miedo a perder sus viviendas”.
Por otro lado, el Ayuntamiento ha querido mostrar su versión acerca de esta controversia que lleva varios meses en boga y que diverge de lo expresado por algunos vecinos. El Delegado de Urbanismo, ha querido matizar que se “está construyendo en suelo urbanizable” (incluido en el Plan General de Ordenación aprobado en el año 2000). Asimismo, explica que “el proyecto está redactado por profesionales en la materia, fue aprobado tras realizar un estudio geotécnico de la zona y, posteriormente, se contrató a una empresa seria para que iniciara las obras”. Con respecto a los desprendimientos de tierra, se han tomado diversas medidas de seguridad como la estructura que se colocó por iniciativa de la Coordinadora de Seguridad y Salud, o la decisión de echar más tierra para fortalecer el terreno como medida impulsada por el Ayuntamiento y los directores de la obra. Además, antes de que comenzaran las mismas, desde la Administración local, se envió a unos técnicos para que elaborasen un acta notarial de las viviendas, por si se producía en ellas algún desperfecto durante la obra, para que la aseguradora de la empresa que ejecuta esos trabajos se encargase de los posibles deterioros. De igual modo, Eduardo Rodríguez ha querido matizar que su visita a la Extremeña, junto a los Policías municipales se debió “a los altercados que se estaban produciendo entre los vecinos, los responsables de la obra y los profesionales de la construcción”. Sobre las grietas, sostiene que “es una consecuencia habitual que suelen provocar las obras en las viviendas colindantes debido a la vibración de las máquinas y a los movimientos del terreno”, pero que “con las medidas de seguridad que se han tomado no irán a más”. También, el Alcalde y el Delegado de Urbanismo han destacado que el trato con estos vecinos “ha sido correcto en todo momento y se les ha proporcionado todos los documentos que han requerido”. Igualmente, han querido resaltar que el perito, contratado por los propietarios, -que elaboró el informe pericial- apoyó la solución que se aportó desde el Ayuntamiento, que consistía en “añadir hormigón a la tierra para reforzar aún más el terreno”.
Con todo ello, el Ayuntamiento ha decidido modificar el Sistema Constructivo y ha pedido un informe a una empresa especialista en geotécnica y cimientos, con el objetivo de fortalecer las medidas de seguridad, incluyendo el muro de contención -que tiene varias décadas- y que es necesario reformar para que cumpla toda la normativa vigente; todo ello, a través de una inversión que asciende a los 700.000 euros.
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