Ayer casi por casualidad vi una foto de los muchos contactos Cameros que tiene Camas Digital en facebook y digo por casualidad porque no me etiquetaran en la foto y ya es difícil con los casi 5.000 contactos que cuenta Camas Digital, poder visualizar todo el contenido de la página de Inicio de todo lo que publican ellos. Pero por azar vi una foto que impresionó, era la foto que el amigo Duarte le hechó a otra foto, aunque casi  en horizontal, quizás para que el flash no se reflejara sobre ella. La baje, la arreglé como pude, tanto en perspectiva como en colores y se la volví a colgar en el muro compartiéndola en el de Camas Digital por que era un testimonio inaudito, donde una imagen lo dice todo y es que desde que se publica, numerosos Cameros empezaron con el recuerdo de aquel día que quedó grabado en la memoria de todos, mas o menos os narro las conclusiones bajo la óptica de un Camero imaginario de todo lo que ellos cuentan…

LA ÚLTIMA RIADA DE CAMAS
Era una tarde de Octubre de 1997, ya desde la mañana una lluvia constante cada vez mas intensa retinaban sobe tejados y azoteas como si de un aluvión de campanillas al unísono tocaran cantos recalcitrantes, las tejas y canales escupían contra el suelo chorros de agua como si de tambores se tratara y de vez en cuando el estruendo del trueno al compás de sus flaxes, hacían de bombo de una orquesta que presagiaba una sinfonía de temor y miedo en los mas viejos del lugar y una cierta perspicacia de asombro y curiosidad en los jóvenes y adolescentes que desde el pupitre de las aulas miraban hacia los ventanales de las distintas escuelas de la ciudad Camera.
Aque diluvio parecía interminable ya por la tarde, poco a poco los desagües no podían absorber tal cantidad del liquido elemento que emanaba de emborrones negros que tapaban como un manto todo el aljarafe. Las colinas y cerros arcillosos que abrazan la ciudad, ya no servían de esponja ante tal magnitud y la construcción desbordaba que sufría toda su cornisa andujareña servía de cauces hacia los barrancos que nunca pudieron resistir tanto y que desembocan el valle donde se ubica la Camas de cruce de caminos y barrancos hacia el Guadalquivir. Para colmo la SE-30 servía de dique de contención de aquellas aguas que diluviaban en aquel día que empezaba tener tintes dramáticos para los Cameros.
De pronto los barrancos se convirtieron en rios, y también la autopista que empina hacia Castilleja se convirtió en cauce y avenidas por lado sur de la ciudad. Y el agua caía y los arroyos remontaban sus cauces, ya empezaron a una cuarta de agua a bajarse algunos automovilistas de sus coches u buscar refugio donde podían, los mas veteranos vecinos de camas, que ya conocían los efectos de este tipo elementos, amarraron sus coches a ventanas tratando de impedir que el agua se lo llevara y los padres se apresuraron a buscar a sus hijos a las escuelas cada cual como podía con un estado de ansiedad insoportable.
De pronto las torrenteras se convierten en avenidas, el barranco atalaya que divisaban desde el balcón de sevilla parecía mas una catarata que ese manso cauce que desparecen sus aguas en primavera. Los nervios estallaban en cada casa en cada vecino y los niños y adolescentes en las escuelas fueron refugiados en sitios mas altos.

Continuará…

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Por CamasDigital

DIARIO PROGRESISTA DE CAMAS (SEVILLA)