Los alumnos del taller de fotografía aprenden a entrenar la mirada con una serie de conceptos que potencian la creatividad y la originalidad a la hora de captar imágenes con su cámara

J.M. Romero

La fotografía, desde su descubrimiento hace varios siglos, cambió la noción de la vida que teníamos los seres humanos. Entre otras cosas, puede considerarse una especie de sucedáneo de la memoria, ya que congela recuerdos, rememora momentos inolvidables y selecciona aquello que queremos guardar para siempre. Una cámara de fotos suele estar presente en la mayoría de los actos de interacción social, donde el encargado de inmortalizar las imagenes tiene la exigencia de detectar aquellos destellos repentinos improvisados que merecen la pena ser recordados, al igual que los detalles naturales o artificiales esparcidos por el entorno dignos de recuerdo. Todos estos argumentos son inculcados en los alumnos del taller de fotografía de Camas a partir de las nociones de su profesor José Enrique Martínez.

El municipio camero tiene este taller cultural desde hace más de siete años, actualmente cuenta con 27 fotógrafos en potencia y reciben sus clases martes y jueves de ocho a diez de la noche en la Casa Consistorial (antiguo Ayuntamiento). Desde que entran por la puerta el primer día, el profesor Martínez insta a sus alumnos a poner la cámara en la opción manual, porque, según él, “el automático te quita creatividad”. El formato de clase suele estar dividido en dos bloques de cuatro meses cada uno aproximadamente, en primer lugar se explica la parte teórica técnica, y en el segundo cuatrimestre se ponen en práctica los conocimientos fotográficos adquiridos. Como ocurre en todos los talleres, algunos cejan en su empeño y abandonan el curso al descubrir las dificultades añadidas, sin embargo, la mayoría continua con la formación y disfruta con la cantidad de detalles que debe tener en cuenta aquel que desea llegar a ser un buen fotógrafo.

En cierta medida, coger una cámara de fotos y disparar indiscriminadamente a todo lo que se mueve es algo al alcance de todo ser inteligente, pero captar una imagen de calidad en todos los aspectos con la única ayuda de las habilidades propias es algo completamente diferente. “Las cualidades se van puliendo a lo largo del curso, cada uno absorbe cosas de los demás y compara su trabajo con el de sus compañeros; así están en continuo aprendizaje”, indica el profesor Martínez.

Un elemento verdaderamente necesario en el gremio es el entrenamiento de la mirada. La realidad es asimilada a través de los ojos, pero esta puede variar indistintamente dependiendo de la nitidez del enfoque. No es lo mismo ver que mirar. Cuando vemos lo hacemos como un acto reflejo que no requiere sentimiento alguno; en cambio, al mirar, las personas introducen una dosis de intención, implicación e interés. En este sentido, Martínez manifiesta que la “evolución” de la mirada influye “positivamente” en la “genialidad” y el “talento” de la fotografía.

La afición en Camas por la fotografía ha aumentado notablemente en los últimos años, la posibilidad de expresar numerosos sentimientos a través de una imagen, contrasta con la tendencia fría, descorazonada e insensible del prototipo humano del S.XXI.

-El próximo 7 de junio el taller de fotografía de Camas expondrá sus trabajos en la Biblioteca Municipal.

Imagen realizada por un alumno del taller de fotografía de Camas

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Por CamasDigital

DIARIO PROGRESISTA DE CAMAS (SEVILLA)