El tropeciento escándalo ha estallado en el ayuntamiento de Manilva que preside la primera edil de IU, Antonia Muñoz, cortejada en la desgobernanza…
Igancio Trillo Huertas
Málaga
El tropeciento escándalo ha estallado en el ayuntamiento de Manilva que preside la primera edil de IU, Antonia Muñoz, cortejada en la desgobernanza, -le acompaña el igualmente indigno grupo independiente ASM, que así traicionó a los principios éticos y políticos por los que se presentó a las últimas elecciones- por su marido, decenas de familiares carnales contratados en base al erario público municipal en quiebra, extensible a cientos de parientes políticos de la llamada Coalición, (y todo ello en un municipio que tan solo cuenta con una población de 14.000 habitantes) con adjudicaciones públicas dadas a ella misma y a las empresas que tiene repartidas con su esposo, presunta compradora de votos el día de las elecciones… y ni por eso se le ocurre a IU aplicar su propio código ético reconvertido en Manilva en papel higiénico. Cuando la justicia, cuya lentitud clama a los cielos, le pisa los talones a Antonia Muñoz en los numerosos casos de denuncia (por contrataciones ilegales, tráfico de influencias, adjudicaciones a empresas familiares, malversación de fondos públicos, delitos electorales…) que tiene interpuestos, por algunas de las cuales ya ha comparecido en febrero pasado negándose a abrir la boca ante las preguntas de la señora jueza; pasada las municipales ha seguido contratando a familiares carnales y de su propia lista de las municipales en un ayuntamiento que ya no da más de sí económicamente para pagar a tanto familiar de sangre y político que tienes enchufado esta señora, y de personas que se afilian en época de crisis a IU en el pueblo, que cuenta con más de 1.300 parados, como gesta para encontrar un trabajo público en la propia Corporación. Pues bien, va ahora y coloca a alguna hermana y nuera que no lo ha hecho hasta el momento y lo justifica, no en el mérito, capacidad o especialización, sino en que son personas de confianza y qué mejor confianza que la familia que comparte la misma leche. La misma mala leche que me cuesta escribir esta inmundicia en nombre de algo tan noble como debe ser la política, pisoteada además por aquellos que encima nos venden que son la auténtica izquierda. Contra la corrupción, tolerancia cero. ¡¡¡Cayo Lara y Valderas!!!: en Manilva no hay pan para tanto chorizo. Igancio Trillo Huertas Málaga |
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