El camero realizó una buena actuación con su primer toro, pero, sobre todo, deslumbró con su segundo.

J.M. Romero

El municipio de Camas ha tenido a lo largo de su historia un vínculo muy estrecho con el arte y, principalmente, con el relacionado al mundo taurino. Hace unos años se horneó una nueva estirpe de grandes toreros en el municipio camero que actualmente están despuntando y dejando huella por las plazas españolas. Uno de ellos es Alfonso Oliva Soto, que con su estilo alegre y atrevido consiguió ganarse al público extremeño en su última corrida celebrada el pasado sábado en el municipio pacense de Cabeza la Vaca con toros de Peñajara.

La corrida comenzó a las ocho de la tarde, ante un sol radiante y un público entregado. El cartel lo componían el rejoneador Andrés Romero y los dos toreros Antonio Ferrara y el camero Oliva Soto. Tarde propicia para celebrar un gran espectáculo con toreros ansiosos por deleitar a los cerca de dos mil asistentes que se dieron cita en la característica plaza de este maravilloso pueblo enclavado en un pequeño valle al sur de Badajoz. El de Camas comenzó su participación con el tercer toro de la tarde -castaño y buen porte-, comenzó con mucho ímpetu pero se fue desinflando poco a poco. En un primer momento, Oliva Soto recibió al toro con varias verónicas; más tarde, con la muleta intentó sacarle brío al animal. Le fue bien al principio, sin embargo, tras varias tandas con ambas manos el toro dejó de embestir. El balance de la primera intervención del camero fue una ovación para él y silbidos para el toro.

Con su segundo tuvo más suerte, el quinto de la tarde resultó ser un toro negro de enorme vitalidad y mucha fuerza. Oliva Soto tenía ante sí la oportunidad de desquitarse del anterior, además de la posibilidad de lucirse. Una situación tan propicia, suele ser aprovechada por los buenos toreros, de manera que el camero puso toda su atención en hacer un buen trabajo. La combinación de los movimientos del capote y las ansias del toro por buscarlo, crearon una armónica danza en la que Oliva Soto manejo la situación con notable maestría. Antes de la faena con muleta, uno de los asistentes más longevos le dedicó una emotiva poesía al torero de Camas, comparándolo incluso con Curro Romero. La faena con muleta recibió los aplausos del público y el acompañamiento de la música, una estampa brillante, rematada por Oliva Soto con unos pases largos dotados de mucho arte. Éste culminó la lidia con una buena estocada. Al final recibió como premio las dos orejas y salir a hombros por la puerta grande.

Oliva Soto obtuvo un gran éxito en la corrida de toros de Cabeza la Vaca, haciendo una interesante exhibición del nivel que por lo general suelen demostrar los toreros nacidos en el municipio de Camas.

Por CamasDigital

DIARIO PROGRESISTA DE CAMAS (SEVILLA)