7 de Febrero de 2009

Monteserrat Fernández Lara, con un Técnico de Diputación mientras gestionaba y defendió los Cursos de Diputación que hace poco se hán conseguido

LA INDIGNACIÓN DE MONSERRAT FERNÁNDEZ ANTE LAS ACUSACIONES DE PAZOS.

Tras la publicación de las declaraciones del Alcalde Juan Pazos en el Periódico de Camas en su última edición la Concejal de Izquierda Unida y antigua Coordinadora de Participación Ciudadana esta indignada.

Estas fueron las declaraciones de Pazos y que han sido publicadas en ese periódico en referencia a su persona:

“Pazos ha declarado que además de no cumplir con los estatutos, (según él) podría sufrir una manipulación por que la instructora del expediente Montserrat Fernández Lara tiene una enemistad manifiesta contra mi, siendo imposible que actúe con objetividad”

Tales declaraciones y conociendo a Montse desde hace un par años, es normal y lógico su malestar ante esa frase mal sonante… “enemistad manifiesta”.

¿Que puede significar, insinuar o incluso deducir aquel que sin conocerla las lee de la boca de todo un alcalde del Pueblo de Camas?

Si leemos el diccionario de sinónimos de la lengua española enemistad sería como: hostilidad, odio, aborrecimiento, antipatía, rencor, enemiga, animadversión y un largo peregrinar de las palabras más viles que cualquiera pueda escuchar. Y si a todos esos supuestos calificativos añadimos “manifiesta” nos encontramos con notoria, ostensible, palpable, publica y sabida.

O sea, que según Pazos su excompañera, palpablemente, ostensiblemente y notoriamente, Montserrat… lo odia, lo hostiga, le aborrece, le cae antipático y casi se puede dar a entender, hasta que casi «lo crucificaba», si estuviera en sus manos.

Los sentimientos peores del ser humano emanan según Pazos de su excompañera.

¿A quien esta frase no la indignaría? Y mas aún cuando quienes la conocen saben que Montserrat, tanto políticamente como persona y que conste que soy su “adversario político”, es todo lo contrario de lo que pretende insinuar nuestro queridísimo Pazos. Es más, lo he dicho en varias ocasiones, ha sido la persona más honesta y trabajadora que me he encontrado en el equipo de Gobierno de Izquierda Unida cuando Pazos mantenía el conturbenio con su «manifiestamente amigo» Eduardo Cabezas.

Cuando se hacen manifestaciones de este tipo, las cuales ni comparto ni creo que sean admisibles, en un periódico donde llega a todos los Cameros hay que ser precavidos y mas aun cuando se habla en términos personales, “enemistad” es una palabra personal, no política y quien no conozca a quien va dirigida, siempre le cabrá la duda, si todos estos insultos derivados de la frase en cuestión, son reales.

Y también hay que tener en cuenta que esa persona tiene padre, madre, marido, hijos, amigos y conocidos, que les duelen que esas difamaciones lleguen a la opinión pública y más de la mano de quien dice representarnos a todos.

Juan Pazos debe una disculpa inmediata a Montserrat Fernández Lara o pensaremos mucha gente que precisamente no es ella la que odia manifiestamente a él, sino todo lo contrario, es él, (ante una situación que puede ser justa o injusta, con respecto al proceso que tiene con sus compañeros), el que odia, aborrece y hostiga a todo aquel que en su derecho como militante de un partido pueda discrepar “políticamente de él”.

Ya dije en cierta ocasión que Pazos algunas veces ve fantasmas por todos lados, ahora son distintos, han cambiado las caras pero no deja de perseguirlos, según épocas le salen con otros rostros.

Podemos discrepar políticamente, pero no tenemos ningún derecho a atribuir los sentimientos más binarios y denigrantes del ser humano por el solo hecho de discrepar o incluso llamarle a uno traidor y tránsfugas en el vocabulario político, como acusa y así lo ha denunciado en el juzgado, a todo el Comité Político de su partido.

Defiéndase políticamente ante los suyos, tiene todo el derecho, pero deje las supuestas “manifiestamente enemistades” en el terreno privado.

Desde estas lineas mi «manifiesta solidaridad» con Montse por su indignación, cualquiera se hubiera no ya indignado, sino enfurecido ante tan insinuante frase.

Por CamasDigital

DIARIO PROGRESISTA DE CAMAS (SEVILLA)

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