La frágil e inestable Norma Jean Baker logró con su belleza física y su provocadora frivolidad convertirse en Marylin Monroe, el mayor sex-simbol del cine, pero ello no le significó ser feliz.

He escogido a esta mujer porque además de ser una Tauro como yo, es una mujer que rompió normas y también creó otras nuevas mas allá de las concepciones puritanas de las damiselas americanas y fue la creadora de un nuevo look que aún se impone en la moda actual.
Quizás no sea la mejor de las actrices pero su vida y el alo de misterio que la rodeo unido a lo anteriormente expuesto la hacen el mito cinematográfico más grande que ha dado los EE.UU.

Para ser original con ella no voy ha hablar de su vida artística, ni tampoco de la que ella confeccionó para huir de su autentica y cruel realidad, no la que quería mostrar de cara a la galería, me refiero a la autentica Norma Jean, quizás así apreciaremos más lo que llegó a ser y entenderemos sus excentricidades y sus paranoias y el porqué de su trágico final.

El cuerpo de nadie . Hija sin padre, su madre Gladis, una pobre mujer, pasó la mayor parte de su vida en un manicomio. Norma Jean fue acogida por caridad en diversos hogares adoptivos a los que el estado de California subvencionaba con veinte dólares mensuales. Con el tiempo no habrá hogar donde no haya estado alguna vez el fantasma y la voz de Marilyn Monroe: en fotografías, pósteres, en la televisión , en la radio, en discos, etc.
Parece ser que cuando, siendo una niña, mataron a su perro Tippy, fue víctima de una repentina pérdida del habla que se tradujo más tarde en una insuperable tartamudez. Fue violada a los nueve años por un extraño, un hombre no identificado que pasaba por ser un “amigo de la casa” o acaso uno de sus eventuales padrastros. Los otros “amores” de su vida fueron sus tres esposos que tampoco supieron hacerla feliz, James Dougherty, con quien contrajo matrimonio apenas tenia diciseis años, un tipo duro que terminó maltratándola; Joe Di Maggio, un deportista que enfermó de celos hasta convertir el matrimonio en un infierno, y por último, Arthur Miller, el veterano intelectual, el dramaturgo íntegro e inclemente, al que se aferró con desesperación hasta sucumbir a la locura.

Se supone que también jugaron con sus sentimientos coleccionistas de bellas y famosas como Frank Sinatra o Robert Kennedy, y que se acostó con numerosos hombres; porque como ella misma declaró con su deslumbrante superficialidad: “el sexo es una parte de la naturaleza, y yo estoy del lado de la naturaleza”•
Precisamente su irreprimible franqueza fue la causa de muchas de sus desgracias, del fracaso de sus matrimonios y de la incomodidad que provocaba entre los famosos de Hollywood.

Durante el rodaje de Vidas Rebeldes cuyo guionista era Arthur Miller tercer marido de Marilyn, esta se enteró de que estaba filteando con la operadora del film y de hecho terminaron divorciándose. Fue acaso ésta la película más accidentada de todas. De hecho antes de rodar el primer plano, el film fue atacado por la prensa a causa de su argumento progresista. Todos los dardos fueron lanzados inclementemente contra Marilyn, que tubo que ser ingresada en un psiquiátrico a fines de 1960 y a quien incluso se llegó a acusar de la muerte de Clark Gable, su partener masculino en la pelicula y que falleció al finalizar el rodaje.

Poco a poco fue cayendo en una vorágine de excesos que fueron destrozando al rentable producto de la fábrica de sueños, y del celuloide.
La frágil existencia de Marilyn cayó de repente en el abismo de la realidad y se vio arrastrada por el torbellino del vacío.

Hasta llegar a una cálida noche de agosto en la que aquella mujer que había contestado a un periodista que sólo se ponía Chanel número 5 para dormir, abofeteó al mundo con la siniestra imagen de su cuerpo desnudo; supuestamente por una sobredosis de nembutal dos horas después de llamar insistente e infructuosamente a la Casa Blanca reclamando unas migajas de ternura, ríos de tinta se han vertido sobre esta historia para llorar a la estrella vulnerable, a la diosa incomprendida, a la bella muchacha de los calendarios, a la imagen que flameará por siempre en la imaginación de la generaciones con las faldas de un radiante vestido blanco alzadas hasta las caderas en medio de cualquier noche imprevisible.

A mi me inspira mucha ternura y le tengo especial afecto a Marilyn porque además de reflejar la imagen de mujer femenina y sensual también es la imagen de la mujer incomprendida y maltrada física y psicológicamente, explotada como mujer y objeto sexual.

El cantante Bob Dylan denunció su suicidio en una inolvidable canción que dice frases como estas:

¿Quién mató a Norma Jean?
“Yo” respondió la ciudad,
Como deber cívico,
Yo maté a Norma Jean

Hermes Hernández

Por CamasDigital

DIARIO PROGRESISTA DE CAMAS (SEVILLA)

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